La Espondiloartritis Axial (EspAax) es una enfermedad reumática, inflamatoria, crónica; que afecta predominantemente a la columna y las articulaciones sacroilíacas, causando dolor de espalda crónico y rigidez1, generando deterioros estructurales y limitaciones funcionales, con gran impacto en la flexibilidad, el equilibrio, la fuerza muscular y la capacidad cardio-respiratoria2.Esta afección conduce a una disminución de la calidad de vida de los pacientes, lo que se asocia con una gran reducción en la capacidad laboral3.
Como uno de los pilares del tratamiento de la enfermedad, se recomienda además del tratamiento farmacológico, realizar actividad física2; ya que está demostrado que reduce la actividad de la enfermedad, el dolor y la rigidez y mejora el funcionamiento físico, la expansión del tórax, la movilidad de la columna y la función cardiorrespiratoria de los pacientes. Además, tiene el potencial de reducir los síntomas depresivos4.
Esta hace referencia a cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que requiere un gasto energético por encima de los niveles de reposo. Abarca ampliamente el ejercicio, deportes y actividades físicas realizadas como parte de la vida diaria, ocupación, ocio y transporte activo7.
El ejercicio es una subcategoría de actividad física y es planificada, estructurada, repetitiva y enfocada a mejorar o mantener uno o más componentes de la aptitud física6.
En consecuencia, EULAR (Alianza Europea de Asociaciones de Reumatología) en las guías de recomendaciones sobre el manejo de los pacientes con EspAax, enfatizan fuertemente en la importancia de la promoción de la actividad física, diciendo en la recomendación4:
“Se debe educar a los pacientes sobre la enfermedad y animarlos a hacer ejercicios con regularidad y dejar de fumar; debe considerarse la fisioterapia”5.
El conocimiento de estos conceptos permite al profesional de la salud hablar con los pacientes sobre cómo mejorar su actividad física, ya que la inactividad corporal es un factor de riesgo modificable para muchas enfermedades. Algunos pacientes, a veces, necesitan hacer ejercicios y, a veces, simplemente moverse más a diario.
Las recomendaciones de salud pública para la actividad física que mejora la salud abarcan cuatro dimensiones del ejercicio:
- Aeróbico
- Fuerza
- Neuromotor
- Flexibilidad6
La evidencia muestra que el ejercicio, particularmente el entrenamiento cardiorrespiratorio, puede ser un tratamiento eficaz para reducir el riesgo cardiovascular, cuando la intensidad, duración y frecuencia aplicada es la adecuada1
Aunque las técnicas de estudio han variado ampliamente, para los pacientes con EspAax no ha surgido ninguna intervención estandarizada, los programas de ejercicios para distintas situaciones del paciente, el ejercicio en spa, terapia manual y electroterapia han sido objeto de múltiples informes. Existen diferentes programas:
Tipos de programas de actividad física
De ejercicios en casa: tiene ventajas de bajo costo, facilidad de inicio y eficacia según algunos ensayos, durante los últimos 25 años. Consisten en entregarle al paciente un programa (mediante videos, folletos o enseñanza) de ejercicios de relajación muscular, flexibilidad, fortalecimiento, respiración y postura. Luego se evalúa, mediante autoevaluación, la movilidad articular, distancia entre los dedos y el suelo, capacidad funcional, puntuaciones del dolor y de depresión, utilizando cuestionarios ya establecidos y de aceptación mundial, como el BASDAI (mide actividad de enfermedad), BASFI (mide capacidad funcional), entre otros.
Fisioterapia grupal: consiste en la realización de ejercicios grupales con supervisión de un fisioterapeuta entrenado. Este programa también consiste en ejercicios de estiramiento, movilización y fortalecimiento de la espalda y las extremidades, ejercicios aeróbicos en bicicleta estática y ejercicios posturales y respiratorios8.
En este grupo, se realizó un protocolo utilizando un método de Rehabilitación Postural Global (RPG) que emplea ejercicios específicos de fortalecimiento y flexibilidad en los que se estiran y fortalecen las cadenas musculares acortadas, con muy buenos resultados en cuanto a la movilidad axial, rigidez y discapacidad9.
Como conclusión con el ejercicio grupal supervisado, se lograron mayores mejoras en la calidad de vida, la movilidad de la columna y la evaluación global del paciente en comparación con programas de ejercicios individuales no supervisados10,11. Estos ejercicios grupales parecen igualmente eficaz para pacientes con EspAax radiológicas y aquellos con EspAax no radiológica12.
Terapia acuática: balneoterapia (aguas minerales), baños de barro y ejercicios de spa, implica un programa con múltiples actividades diarias que pueden incluir ejercicio en grupo, corrección postural, hidroterapia, balneoterapia, baños termales, tratamientos de sauna y deportes. En general tiene evidencia con estudios pequeños que refiere mejoría de la movilidad de la columna a corto plazo y del dolor.
Terapia manual: amasado y manipulación de músculos, movilización y manipulación de articulaciones que se utiliza para tratar el dolor musculoesquelético y la discapacidad. La intervención consiste en calentar los tejidos blandos de los músculos y ejercicios suaves de movilidad activa y pasiva de articulaciones de la columna vertebral y la pared torácica en 3 dirección: flexión/extensión, flexión lateral y rotación y en diferentes posiciones. Los estudios mostraron una mejoría significativa en la expansión del tórax, postura, movilidad.
Electroterapia: Las modalidades pueden clasificarse en térmicas, eléctricas, electromagnéticas y sónicas. Los TENS (estimulación eléctrica transcutánea) puede reducir el dolor en muchos trastornos musculoesqueléticos.
Estos métodos pueden aliviar el dolor y la rigidez11.
Si bien los pacientes que padecen EspAax son conscientes de los beneficios del tratamiento no farmacológico en adhesión al farmacológico, muchos de ellos admiten una baja adherencia al régimen a largo plazo en cuanto a la actividad física. Por ello, es importante realizar programas de ejercicios acorde a cada paciente, ya que está comprobado que tanto los programas individuales como grupales asistidos, muestran beneficios en movilidad, dolor y mejoría de calidad de vida, principalmente sobre la función cardiorrespiratoria.
El seguimiento con el especialista en reumatología es fundamental para el control de la Espondiloartritis Axial.
Por: Dra. María Gimena Gómez
Bibliografia:
1. Hilberdink B, et al. Supervised Group Exercise in Axial Spondyloarthritis: Patient´s satisfaction and perspective on evidence-based enhancements. Arthritis Care and Research. Vol. 72, N6, June 2020, pp 829-837
2. Rausch Osthof et al. Understanding beliefs related to physical activity in people living with axial Spondyloarthritis: a theory-informed qualitative study BMC Rheumatology (2022) 6:40
3. Elena Nikiphorou, Sofia Ramiro. Work Disability in Axial, Curr Rheumatol Rep (2020) 22: 55
4. Redeker I, Hoffmann F, Callhoff J, Haibel H, Sieper J, Zink A, et al. Determinants of psychological well-being in axial spondyloarthritis: an analysis based on linked claims and patient-reported survey data. Ann Rheum Dis 2018;77:1017–24
5. Ramiro S, et al. Ann Rheum Dis 2022;0:1–16. doi:10.1136/ard-2022-223296
6. Dasso NA. How is exercise diferent from physical activity? A concept analysis. Nurs Forum. 2019;54(1):45–52.
7. Garber CE, Blissmer B, Deschenes MR, Franklin BA, Lamonte MJ, Lee IM, et al. American College of Sports Medicine position stand. Quantity and quality of exercise for developing and maintaining cardiorespiratory, musculoskeletal, and neuromotor fitness in apparently healthy adults: guidance for prescribing exercise. Med Sci Sports Exerc. 2011;43(7):1334–59.
8. A.M. Reimold, V. Chandran / Best Practice & Research Clinical Rheumatology 28 (2014) 779e79
9. Fernandez de las Peñas, etal. Two exercise interventions for the management of patients with ankylosing spondylitis: a randomized controlled trial. Am J Phys Med Rehabil 2005;84:407e19.
10. O’Dwyer T, O’Shea F, Wilson F. Exercise therapy for spondyloarthritis: a systematic review. Rheumatol Int 2014;34:887–902
11. Dagfinrud H, Kvien TK, Hagen KB. Physiotherapy interventions for ankylosing spondylitis. Cochrane Database Syst Rev 2008:CD002822.
12. Levitova A, Hulejova H, Spiritovic M, Pavelka K, Senolt L, Husakova M. Clinical improvement and reduction in serum calprotectin levels after an intensive exercise programme for patients with ankylosing spondylitis and non-radiographic axial spondyloarthritis. Arthritis Res Ther 2016;18:275.