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A. Introducción  

La espondiloartritis incluye enfermedades inflamatorias como la espondilitis  anquilosante, artritis psoriásica, artritis reactiva y otras relacionadas con enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn). Estas patologías pueden  afectar la columna vertebral, articulaciones periféricas, piel, ojos y sistema digestivo,  limitando la calidad de vida. Identificar y manejar estas condiciones mejora  significativamente el bienestar del paciente [1]. 

B. ¿Qué son las comorbilidades y por qué son importantes? 

Las comorbilidades son enfermedades asociadas que complican la espondiloartritis.  Reconocerlas y tratarlas es esencial para evitar complicaciones graves y mejorar la salud  general [2]. 

Enfermedades cardiovasculares 

La inflamación crónica en la espondiloartritis puede aumentar el riesgo de presión  arterial alta, arteriosclerosis y problemas cardíacos como infartos [3]. Es importante  mantener la actividad de la enfermedad bajo control para reducir estos riesgos [4]. Se  recomienda adoptar un estilo de vida saludable, que incluye una dieta equilibrada y  actividad física regular y también puede ser necesario el uso de medicamentos como  antihipertensivos y estatinas, según lo indicado por los profesionales de la salud [5].  Algunos medicamentos deben usarse con precaución. Por ejemplo, algunos antiinflamatorios no esteroides pueden no ser seguros para pacientes con problemas del  corazón [6]. Asimismo, los corticoides deben limitarse porque pueden aumentar el riesgo  de eventos cardiovasculares. Los chequeos médicos regulares son esenciales para  monitorear la salud del corazón, y se recomienda realizar evaluaciones específicas cada  cinco años o cuando haya cambios importantes en el tratamiento [7].  

Obesidad 

Aproximadamente el 13.5% de los pacientes con espondiloartritis y el 27.4% de los  pacientes con artritis psoriásica son considerados obesos [8]. Además, numerosos  estudios reportan que el sobrepeso y la obesidad están relacionados con diferentes niveles  de actividad de la enfermedad en espondiloartritis y artritis psoriásica [9, 10]. Un peso  elevado exacerba la inflamación, reduce la efectividad de los tratamientos y aumenta el  riesgo de enfermedades metabólicas [11]. Adoptar un plan alimenticio saludable y  realizar actividad física regular son medidas clave para un manejo efectivo. Las  recomendaciones mínimas para adultos con enfermedades reumáticas incluyen realizar  actividad física aeróbica de intensidad moderada durante al menos 30 minutos cinco días  a la semana, o actividad aeróbica de alta intensidad durante al menos 20 minutos tres días  a la semana. Sin embargo, la cantidad y el tipo de ejercicio deben adaptarse a las  necesidades y capacidades de cada paciente [12].

Depresión 

La depresión es una condición común en pacientes con enfermedades reumáticas,  incluida la espondiloartritis. Mientras que en la población general la prevalencia de  depresión es del 5%, los datos actuales sugieren que hasta el 10.9% de los pacientes con  espondiloartritis y el 11.9% de los pacientes con artritis psoriásica presentan depresión 

[2, 3]. Un estudio reciente identificó que la depresión y la ansiedad en pacientes con  espondiloartritis se asocian con una peor salud global, una calidad de vida reducida y una  mayor actividad de la enfermedad con resultados similares en pacientes con artritis  psoriásica [13, 14]. Las personas con espondiloartritis pueden tener síntomas como dolor  crónico, fatiga y psoriasis, que aumentan el riesgo de depresión. Además, se ha  encontrado que la depresión activa puede estar relacionada con la inflamación en el  cuerpo [15]. También se observó que los pacientes con espondiloartritis axial y depresión  moderada o severa responden menos a los tratamientos con medicamentos biológicos [16]. Es importante que los pacientes se evalúen regularmente para detectar signos de  depresión, al menos una vez al año. Tratar la depresión de manera temprana es  fundamental [17]. Además, controlar adecuadamente la enfermedad con el tratamiento indicado por su médico puede ayudar a mejorar los síntomas de depresión en pacientes  con espondiloartritis axial.  

Osteoporosis 

La osteoporosis afecta al 5% de los hombres jóvenes y saludables, pero en pacientes  con espondiloartritis, su prevalencia es significativamente mayor, alcanzando el 13.4%  según un estudio internacional [18, 19]. Esta alta frecuencia de osteoporosis en  espondiloartritis aumenta el riesgo de fracturas en las vértebras [19]. La alta frecuencia de  osteoporosis en personas con espondiloartritis se debe a varias causas, entre ellas, un  estilo de vida más sedentario, el uso de ciertos medicamentos como glucocorticoides,  problemas para absorber nutrientes en pacientes con enfermedades inflamatorias del  intestino y niveles elevados de inflamación en el cuerpo [20]. Controlar la actividad de la  enfermedad con el uso de antiinflamatorios no esteroides y tratamientos biológicos ha  demostrado ayudar a fortalecer los huesos [21]. Evaluaciones regulares mediante el uso  de la densitometría y medidas preventivas como suplementos de calcio y vitamina D son  fundamentales [22]. 

Infecciones 

Los pacientes con espondiloartritis pueden presentar diferentes tipos de infecciones,  como infecciones respiratorias e infecciones gastrointestinales. También pueden tener  riesgo de reactivación de enfermedades como hepatitis B o C, tuberculosis y varicela  zóster. Aunque el tratamiento de las infecciones en pacientes con espondiloartritis no es  diferente al de la población general, es importante realizar chequeos específicos y tomar  medidas preventivas especiales al tratar a personas con enfermedades reumáticas. El uso  de inmunosupresores puede aumentar la susceptibilidad a infecciones graves. Mantener  un esquema de vacunación actualizado y realizar controles médicos regulares es crucial  para minimizar riesgos [23]. 

C. Cuidando de manera integral la espondiloartritis

Un enfoque multidisciplinario que combine tratamiento farmacológico, ejercicio,  soporte emocional y control de comorbilidades es clave para mejorar la calidad de vida.  Entre las recomendaciones principales destacan: 

• Realizar controles médicos regulares para evaluar la salud general. • Practicar actividad física adaptada al nivel del paciente. 

• Seguir una dieta balanceada rica en nutrientes esenciales. 

• Evitar el consumo de tabaco y limitar el alcohol. 

D. Conclusión 

La espondiloartritis puede representar un desafío, pero con un tratamiento adecuado  y el manejo de las comorbilidades, los pacientes pueden mantener una vida activa y  satisfactoria. La educación, el acompañamiento profesional y el autocuidado son  herramientas esenciales para lograrlo. 

Por Dr. Juan Pablo Vinicki, Unidad de Reumatología, Hospital de Quilmes 

Enero 2025 | FA-11347380


Bibliografía:

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